El Bilibo está considerado como uno de los juegos libres más innovadores y versátiles. De hecho, ha sido premiado varias veces. Con su mágico atractivo, su enigmática forma y su simpática fisionomía, ¡el Bilibo despierta la curiosidad de los niños. Trompo, puente, bandeja, trineo, tambor… ¡cada uno ve lo que quiere y lo usa como le apetece! ¡Y de eso se trata! Descubramos con más detalle en qué consiste el famoso Bilibo y cómo puede utilizarse para guiar el desarrollo del niño.

¿Qué es el Bilibo?

El Bilibo es un juego libre, cuya simplicidad estimula la imaginación y la creatividad del niño ofreciéndole infinitas posibilidades de uso. Ayuda a estimular la motricidad gracias a su gran estabilidad. El niño puede utilizarlo como apoyo para trepar, para ejercitar su equilibrio, descubrir sus capacidades motrices y para conocer el mundo a través de su cuerpo. El Bilibo también puede usarse como un recipiente que al niño le encantará llenar y vaciar con diferentes materiales: arena, agua, nieve, etc.
Gracias a su fantasía, su versatilidad, sus vivos colores y su resistencia, el Bilibo es el compañero ideal para todos los pequeños aventureros con sed de descubrimiento y de experiencias motrices; y les acompañará durante un largo período de su desarrollo. El Bilibo está fabricado con materiales de alta calidad, duraderos y fáciles de limpiar.
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El Bilibo o cómo dar libertad en el juego

El principio de ofrecimiento se basa en dejar que los niños pequeños exploren libremente su entorno y sus objetos sin asignarles una función específica. Esto permite al niño experimentar un descubrimiento sensoriomotor lleno de información, muy diversificado y acorde a sus necesidades de exploración del momento. ¡Es el juego libre! Este tipo de juego fomenta el desarrollo de la creatividad, la inventiva y la espontaneidad en los niños, permitiéndoles apropiarse, a su ritmo y según les apetezca, del entorno y de los juguetes que tienen a su disposición. ¿Cómo poner en práctica el juego libre? Eligiendo juguetes que no tengan una función definida. ¡El Bilibo es un juguete perfecto para eso!

En su guardería, en la clase de preescolar, en casa, es un juguete que se adaptará a las necesidades de los niños. ¿Le apetece construir un puente sobre su pista de carreras? ¿Ahora tiene ganas de dar vueltas? El Bilibo cumple perfectamente estas funciones ¡porque el niño puede hacer lo que quiera con él!

¡El Bilibo también fomenta el juego unificador! Y sí, pueden alinearse varios Bilibos en el patio de recreo para crear un recorrido motor. A los niños les encantará pasar por encima de estos extraños relieves. En resumen, es un juguete que permite una multitud de actividades, en casa y en los centros, en interior y exterior.

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Pero ¿para qué sirve el Bilibo?

Va más allá del juego libre, porque el Bilibo permite liberar la motricidad fina y gruesa y muchos otros aspectos psicomotores básicos para el correcto desarrollo del niño, especialmente cuando se utiliza para actividades de trasvase, clasificación o para hacer recorridos motores.

Responde a las necesidades de movimiento y equilibrio estimulando el sistema vestibular. El vestíbulo es un órgano sensorial oculto en el oído interno que detecta los movimientos de la cabeza y su posición cuando el cuerpo se mueve. Es el órgano que nos permite saber dónde está nuestro cuerpo en el espacio, si nos estamos moviendo o si se mueve nuestro alrededor. Este sentido nos indica la dirección del movimiento de nuestro cuerpo y su velocidad.

Hay que tener en cuenta que los adultos no tendrá la misma percepción del Bilibo que un niño pequeño… ¡El niño percibirá un deseo irrefrenable de subirse encima, esconderse debajo o usarlo como recipiente para meter sus juguetes! Por eso el Bilibo fomenta la curiosidad y la imaginación del niño. Porque dar a tu hijo todas las posibilidades de exploración guiándole y permitiéndole actuar con total seguridad material y emocional significa mostrarle que confías en él.

¡El Bilibo no tiene límites! Como padres o maestros de guardería, no hay nada mejor que acompañar al niño en la exploración de este juego en diversas situaciones.

bilibo

Ellos lo dicen…

«Un gran éxito, también en casa. Me gusta porque es apto para varias edades y puede usarse para muchas cosas: transportar, trasvasar, subirse encima, dar vueltas dentro… En pocas palabras, ¡me encanta!» asistenta de guardería y bloguera.

«Con el Bilibo, todo se convierte en un juego! Su forma de recipiente permite a los niños más pequeños experimentar desequilibrios, inclinarse, balancearse, girar sobre sí mismos y vivir experiencias sensoriales con total seguridad. Para los niños más grandes, es una fuente de inspiración para sus juegos simbólicos (se convierte en un casco, una tortuga, un contenedor, etc.) o para estimular su motricidad gruesa (puede ser una montaña para escalar, un puente para cruzar, etc.)» Virginia, psicomotricista.

«Este juguete se ha convertido en uno de nuestros imprescindibles porque puede usarse para todo. Incluso después de un año de uso, todavía me sorprende lo que los niños pueden imaginar con él. A medida que los niños crecen, nunca se cansan, ya que encuentran nuevas funciones adaptadas a sus necesidades y adquisiciones actuales. En resumen, como dije, ¡el único límite de este juego es la imaginación!» madre de 3 niños.

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