Aprender a morder y masticar es una etapa crucial en el desarrollo de la alimentación infantil. Ya a los 5 o 6 meses de edad, los bebés comienzan a usar sus dedos para la exploración oral. A partir de este punto, el desarrollo del mordisco y la masticación continúa, mientras el niño precisa los movimientos de su mandíbula, lengua y labios. Cuando al bebé le falta parte de este proceso, puede ser necesario intervenir para desarrollar su capacidad de morder y masticar.

1. Como primer paso, dale al niño la oportunidad de poner en su boca herramientas de masticación oral (Ark Grabber , Y-Chew , Probe y cabezales de animales Z-Vibe). Estas herramientas han sido diseñadas específicamente para aumentar la conciencia oral, proporcionar estimulación y sensación táctil, y ejercitar los labios, las mejillas, la lengua y la mandíbula. A través de la exploración oral, el niño podrá empezar a morder por sí mismo y desde allí podrá pasar a la masticación.

2. Mostrar cómo morder para que el niño pueda ver y aprender lo que la palabra realmente significa. Conocer el vocabulario es una parte importante de la terapia porque anima al niño a morder y masticar. También se puede exagerar el movimiento para ayudar a comunicar este concepto, e incluso utilizar la comida para ilustrarlo y mostrarlo. ¿Qué tal si usamos la marioneta parlante para ilustrar la mordida (y luego la masticación)? El niño se turnará para alimentar a la marioneta para aprender de forma divertida y juguetona, exagerando el sonido de la mordedura y la deglución.

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3. Primero comenzará a desarrollarse un patrón de masticación vertical (una apertura y cierre de arriba a abajo de la boca). Coloca un Ark Grabber o Y-Chew entre los molares y ayuda a la mandíbula a abrirse y cerrarse. Utilice la palabra «morder» cada vez que dirija la mandíbula que luego se cerrará en la herramienta utilizada. No dude en usar un espejo para que el niño pueda mirarse mientras hace el movimiento. Si se vuelve muy molesto, no es útil seguir usándolo.

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4. Una vez que el niño conoce el significado de la palabra «morder» y puede realizarlo hábilmente, agregue la palabra «masticar» a su vocabulario. Haga que el niño ponga sus manos en su mandíbula para sentirle morder y masticar. La idea es dar una retroalimentación visual y táctil para que puedan comprender mejor el concepto. A su vez, pídale al niño que muerda y mastique poniendo sus manos en su mandíbula.

5. Una vez que el niño entienda el concepto de masticar, puedes empezar a practicarlo con él. Coloca un Ark Grabber o Y-Chew entre los premolares y pídele al niño que mastique. Es posible que tenga que guiar la mandíbula para ayudarla a abrir y cerrar. Trabaja hasta 20 o 25 masticadas seguidas a cada lado de la boca. Para aumentar la conciencia oral a través de la vibración, también puedes usar el Z-Vibe con un cabezal corto Z-Vibe.

6. Si usas un Ark Grabber pide al niño que muerda y mastique la hebilla también. Si usas un Y-Chew, coloca el mango de lado en los dientes delanteros. Esto funciona a ambos lados de la boca para la masticación bilateral, lo que fortalecerá y estabilizará la mandíbula.

7. Ahora podrás alternar los lados para fomentar el desarrollo de una acción masticatoria rotativa. Haga que el niño muerda y mastique de 3 a 5 veces de un lado de la boca y luego pase al otro lado. Recuerde colocar los instrumentos de masticación en el lado de la boca, entre el área premolar. A medida que el niño progresa, mueva el Ark Grabber o Y-Chew a la zona de los molares traseros donde se produce la masticación. Si el niño cierra la boca, retroceda hacia el área premolar y lentamente, paso a paso, se mueva hacia el área molar.

8. Una vez cómodo con la capacidad del niño para morder y masticar, introduce los utensilios para masticar en el puré y continúa con los ejercicios de morder y masticar. Unir estas herramientas con comida real ayuda a acostumbrar a la persona a la comida real. Si usas el Z-Vibe, también puedes usar un sistema de refuerzo positivo con el Cabezal z-vibe – hueco duro (lisa o con textura) rellenándola con compota o yogur. De esta manera, cuando el niño muerde, su acción será recompensada asociando la obtención de alimentos con el concepto de masticar.

9. Para aceptar las texturas, puedes comenzar con el Ark Grabber liso y pasar más tarde al de texturas Puedes introducirlo en la papilla y continuar los ejercicios. Si usas el Z-Vibe, comienza con el cabezal corto y poco a poco pasas al texturado. 

10. Ten un vaso de agua a mano en caso de que el niño necesite un sorbo entre los ejercicios.

Es importante señalar que algunos niños pueden parecer temerosos de comer porque saben que no tienen las habilidades motoras orales para manejar los alimentos. Estos niños están reaccionando a un miedo real y no simplemente se niegan a comer. En este caso, es posible que primero tengas que trabajar en la formación del bolo, la conciencia del lenguaje, la lateralización del lenguaje, etc. Otros niños pueden negarse a comer debido a la sensibilidad oral, que también debe ser tratada.

Toda persona que tenga contacto directo con el niño (cuidadores, logopedas, terapeutas de ABA, etc.) debe conocer las estrategias de intervención que se llevarán a cabo conjuntamente. Los mejores resultados se producen cuando la terapia se refuerza en casa entre sesiones. Cuantas más oportunidades se presenten, mejor. Sin embargo, nunca se debe obligar al niño a morder o masticar. Enseñar estas habilidades requiere tiempo, paciencia y pensamiento creativo.

Antes de las sesiones, habla con el niño sobre las herramientas que va a usar, manéjalas juntas, úsalas en la mano o el brazo para que pueda domar las sensaciones. Luego pasa a la cara, las mejillas, los labios y finalmente al interior de la cavidad oral.

Juega con la comida para que el niño pueda dar un paso atrás en su relación con la comida con una cuchara o un tenedor. El juego puede ser una estrategia de prealimentación para lograr que los niños interactúen con la comida y establecer una familiaridad de manera no conflictiva. Acostúmbralos a tocar, oler (el sentido del olfato y del gusto están estrechamente relacionados cuando comemos) y jugar con ellos. Hacer tampones con manzanas y patatas picadas, cocinar con el niño, cortar la comida en diferentes formas, usar azúcar moreno para los juegos de arena. Con la comida, crea caras o paisajes en el plato, sé creativo, diviértete y no tengas miedo de ensuciarte!

 

La terapia alimenticia es un proceso largo: ¡ten paciencia y celebra cada pequeña victoria! 

 

 

 


Fuente : 
Enseigner le concept de mordre et de mâcher, de Debra C. Lowky, terapeuta del habla especializado en nutrición pediátrica

Responsable del contenido del blog Hop´Toys España

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