Para un niño no siempre es fácil ir al peluquero a cortarse el pelo. Si además este niño tiene trastornos de la atención, TEA, del neurodesarrollo, o una hipo o hiper sensibilidad, la historia se complica un poco más. En efecto, los peluqueros utilizan instrumentos que pueden parecer terroríficos: tijeras puntiagudas, una maquinilla que vibra, un peine que raspa…Pero adaptándose ¡todo es posible!

Algunos preparativos para llevar al niño al peluquero

Para evitar una estimulación excesiva para los niños, es recomendado tomar cita en el peluquero algún día durante la semana laboral y evitar horas puntas. Es importante prevenir al niño de cómo va a pasarse en el peluquero, los gestos que va  a realizar para prepararlo. Puedes utilizar también el Time Timer para visualizar el tiempo de la sesión. Y como los niños adoran las sorpresas, puedes proponerle un regalo al final de la visita y que actuará como reforzador.  

Para anticipar y evitar las crisis debidas a su sensibilidad, hay que intentar proteger al niño de las agresiones sensoriales.  Para sus oídos, piensa en utilizar tapones, que ayudarán a atenuar los ruidos de las herramientas. Puedes también proponer los cascos con la música que le gusta. Para proteger sus ojos de las luces en general agresivas y fuertes de los salones de peluquería, puede utilizar las gafas de sol. Si tapas el espejo, bajas la luz y lo alejas de las ventanas, el niño se encontrará más cómodo. Se debe intentar acortar la parte del lavado, en muchos casos da una sensación desagradable al niño y poco adaptada.  Si no puede evitarse, se aconseja utilizar el mismo que en casa ya que el niño está familiarizado con el olor. Hay que escuchar el niño y dar preferencia a sus necesidades, sobre todo al sentarse en el sillón, según la posición, la altura.

 

Peluqueros que se adaptan a los niños

James Williams, un joven peluquero francés ha conseguido tras múltiples tentativas, a establecer una relación de confianza con el niño Wyatt, un niño autista. El niño rechazaba cortarse le pelo, hasta que el peluquero se tumbó en el suelo para jugar con su teléfono. A partir de ese momento, el peluquero ha podido trabajar sin ningún problema.  

En Québec, Franz Jakob es un peluquero estupendo. ha conseguido cortar el pelo a numerosos niños con autismo y otro tipo de discapacidad. Este profesional se tumba a su lado para trabajar y tiene como costumbre adaptarse al niño y estar  a la escucha de sus clientes: «También peino a personas en fase terminal, que me dicen: ¡voy a morir pronto, péiname una vez más!». La dimensión social, incluso médica del peluquero está desarrollada al máximo. 

 

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Difunde nuestra infografía en las peluquerías para sensibilizar a los profesionales e incluso a los otros clientes del salón sobre la discapacidad sensorial.

TEA: Ir al peluquero


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Fuentes : 
Why My Autistic Child’s Haircut Broke My Heart, What To Except, par Leigh Merryday, 15 juillet 2013
Visiting the hairdresser, Ambitious About Autism, 29 septembre 2017
Hairdressers: preparing for a visit, National Autistic Society, 14 novembre 2017

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