Ante la profunda transformación de la sociedad y de nuestras formas de entender el mundo, ¡las definiciones de competencia están cambiando! En los años 2000 se teorizó en Estados Unidos un nuevo modelo, vinculado más al comportamiento que al conocimiento acumulado, y que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha hecho suyo desde entonces: ¡las competencias del siglo XXI!

Aunque la lectura, la escritura, las matemáticas y las ciencias siguen siendo las piedras angulares de la educación actual, ésta debe incluir más competencias, como la colaboración, la creatividad y las habilidades digitales, si quiere que los alumnos y estudiantes de hoy prosperen y contribuyan con todo su potencial a la sociedad laboral del mañana. Para ayudarle a fomentarlas y desarrollarlas en tus hijos y alumnos, descubre cuáles son estas habilidades clave del siglo XXI.

¿Qué son las competencias del siglo XXI?

Las competencias del siglo XXI que los alumnos necesitan para poder responder a los retos de un mundo en constante cambio, saturado de información e infinitamente interactivo se clasifican de la siguiente manera

  • Habilidades de aprendizaje e innovación: creatividad e innovación, pensamiento crítico y resolución de problemas, comunicación y colaboración
  • Competencias en materia de información, medios de comunicación y tecnología: conocimientos de información, medios de comunicación e informática
  • Habilidades vitales y profesionales: flexibilidad y adaptabilidad, iniciativa y autonomía, sociabilidad y competencia intercultural, productividad, liderazgo y responsabilidad

Aunque todas estas habilidades desempeñan un papel importante, cuatro de ellas son esenciales para el éxito individual. Son las llamadas «4C», las habilidades cognitivas que facilitan la resolución de problemas complejos: creatividad, pensamiento crítico, colaboración y comunicación… a las que habría que añadir también las habilidades de resolución de problemas y de razonamiento.

El pensamiento crítico es la capacidad de desarrollar un razonamiento personal basado en la observación, el análisis y la síntesis de elementos relevantes. También es la conciencia que podemos tener de nuestros automatismos, nuestra capacidad de ir más allá, de dar un paso atrás; la del análisis y la reflexión. Una forma de «resistencia cognitiva» que también consiste en inhibir nuestro egocentrismo innato para superar nuestro propio punto de vista.

Cooperación: capacidad de colaborar y trabajar en equipo en proyectos y objetivos comunes

 

Resolución de problemas y razonamiento: se trata de la capacidad de desarrollar un pensamiento estructurado y orientado a la búsqueda de soluciones y un pensamiento convergente.

raisonnement

>> Los sentidos en el centro del aprendizaje

Creatividad: saber encontrar nuevas ideas, desarrollar el pensamiento divergente.

créativité

>> Discapacidad: Los beneficios de la creatividad

Comunicación: empatía, adaptabilidad social y capacidad de dar y recibir información.

communication

>> Desarrollar las habilidades sociales

Las competencias del siglo XXI y la escuela

Los valores y las competencias que promueve la escuela apenas han cambiado, mientras que las necesidades de la sociedad y del mundo laboral han evolucionado.

Esta es la observación que hacen los autores del libro Enseñar en un aula flexible, que también señalan que, en un momento en que la palabra clave es flexibilidad, las escuelas siguen formando alumnos hiperespecializados. Por otra parte, la adopción de una enseñanza flexible fomentará el desarrollo de estas habilidades, que son variadas y útiles tanto para el bienestar del niño como alumno como para su futura carrera y ciudadanía.

Efectivamente, como hemos dicho, el mundo se mueve y evoluciona, pero las aulas siguen siendo más o menos las mismas desde hace décadas. Esto es lamentable a la vista de los numerosos estudios publicados sobre la importancia del entorno y el diseño del trabajo en el bienestar y la adquisición de competencias. Dado que el entorno en el que trabajamos influye en gran medida en las habilidades que adquirimos y desarrollamos, es importante modernizar las escuelas, las aulas e incluso los patios de recreo.

Sabemos, por ejemplo, que los pasillos estrechos fomentarán inevitablemente las fricciones entre los alumnos y, por tanto, una cierta agresividad que va en contra de las capacidades de colaboración y comunicación que ahora se reconocen como indispensables. Otro ejemplo es la postura del profesor en el aula (de pie frente a la clase), que no es mala en sí misma, pero no es coherente con el compromiso, la implicación y la postura activa que queremos desarrollar en los niños.

No olvidemos los considerables avances de la neurociencia en los últimos años, que nos enseñan, en particular, que es tan importante centrarse en las habilidades y actitudes como en los contenidos.

 

clase inclusiva

(c) Shutterstock

>> Leer +: La clase del siglo XXI, ¿cómo adaptarla?

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