Para muchos niños, tener que sentarse tranquilamente en el aula todo el día es misión imposible. Los colegios ofrecen clases de educación física y descansos, pero esto no es suficiente para algunos niños. Desde hace algún tiempo, vemos que muchos profesores crean aulas flexibles para que los niños puedan liberar su inquietud. Pero, ¿cómo crear espacios de autorregulación en toda la escuela sin limitarla al aula? Descubre algunas iniciativas inspiradoras encontradas en las redes sociales. Esto te dará algunas ideas para su escuela.

¿Qué es un espacio de autorregulación?

La autorregulación es la capacidad de los alumnos de controlar su comportamiento y sus emociones para poder concentrarse mejor en el aprendizaje. Significa poder liberar toda la tensión y el estrés para estar más tranquilo y poder concentrarse más fácilmente en las asignaturas escolares. El objetivo de los espacios de autorregulación es, por tanto, crear zonas que permitan a los alumnos volver a la calma. Estas zonas pueden crearse en el aula, pero también en los pasillos, en el patio de recreo, en cualquier lugar de la escuela.

Un área de autorregulación debe ofrecer material sensorial, en torno a las emociones y promoviendo la motricidad gruesa. Puede tratarse de un camino sensorial antes de entrar en el aula, en el exterior, en el patio de recreo, en las paredes sensoriales de los pasillos de la escuela, en una sala sensorial en el aula o en una zona específica de la escuela. Estos espacios se diseñaron inicialmente para alumnos con autismo y son cómodos para todos. Con algunos ajustes, pueden utilizarse para promover la inclusión en la escuela.

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Algunos ejemplos de espacios de autorregulación

Pasillos sensoriales

Los pasillos sensoriales son una forma de que los alumnos liberen su agitación antes de entrar en el aula, ¡pero no sólo! También serán apreciados durante las transiciones al comedor, en el recreo o al cambiar de aula. Diseñados para dar a los estudiantes un «descanso cerebral», se centran en actividades sensoriales. Al liberar su emoción antes de entrar en el aula, los alumnos estarán preparados para aprender. Al fin y al cabo, estar sentado todo el día en la escuela -e incluso en el trabajo- es un reto. En Francia, los colegios y los profesores se dan cuenta cada vez más de ello y por eso se organizan pausas sensoriomotrices y se proporcionan asientos dinámicos y fidgets en las aulas (¡y esto es genial!). El pasillo sensorial es una opción adicional para ayudar a los niños a calmarse y volver a concentrarse en el aprendizaje.

¿Cómo se crea un pasillo sensorial en la escuela?

Para crear el pasillo sensorial, puedes utilizar un mundo específico, por ejemplo la selva. Luego, a partir de este universo, colocaremos diferentes materiales sensoriales (placas táctiles, placas sensoriomotoras…) así como adhesivos en el suelo donde los alumnos tendrán que seguir una línea, una curva antes de caminar sobre las baldosas sensoriales y seguir el camino sensorial. Además de poner a los alumnos en buenas condiciones de aprendizaje, las vías sensoriales les permitirán coordinar su motricidad gruesa, trabajar la memorización y la resolución de problemas, aumentar la confianza en sí mismos y estructurar el espacio.

¿Y los muros sensoriales?

Basándose en el mismo principio que los pasillos sensoriales, también pueden crearse paredes sensoriales en las escuelas. Las paredes sensoriales tienen diferentes texturas (troncos, hierba, pompones, juegos de pared…) y pueden incluir un aprendizaje interactivo. Cuando los alumnos caminan por los pasillos de la escuela, pueden tocar las paredes sensoriales y sentir diferentes sensaciones y una sensación de calma. Estimulan sus sentidos y emociones a través de las percepciones sonoras, táctiles o visuales que ofrecen.

Salas sensoriales

Las salas sensoriales son cada vez más populares en las instituciones especializadas y en las guarderías. Son populares por los muchos beneficios que aportan a los niños y adultos con y sin discapacidad. Crean un espacio agradable, seguro y accesible -tanto física como cognitivamente- que fomenta la atención, la exploración, la diversión y la sensación de bienestar. Entonces, ¿por qué no tener también una sala sensorial en tu colegio?

Se pueden crear salas con recorridos motrices o salas multisensoriales con proyectores, una columna de burbujas, fibra óptica para un espacio acogedor.

>> Descubre un proyecto de sala sensorial

¿Y en el aula?

En el aula, también se pueden crear espacios de autorregulación, zonas de refugio, para calmarse.

Siempre he dado mucha importancia al clima de la clase. Un ambiente tranquilo y sereno favorece el aprendizaje y la concentración. Por lo tanto, la creación de un rincón tranquilo en el aula es esencial para el bien de los niños y fomentará la autorregulación. En mi aula flexible, elegí instalar esta zona de calma fuera de la vista, entre dos estanterías, cerca del rincón de lectura. En este cálido y confortable rincón, hay un asiento con varios cojines de diferentes tamaños y texturas. El niño está en su propia burbuja, puede aislarse del resto del grupo para calmarse, relajarse, recargarse o descomprimirse y así bajar su nivel de energía. Se quedan allí el tiempo que necesiten para recuperar un estado de serenidad. El niño puede ir allí espontáneamente o por consejo del profesor.

ideas para un rincon de vuelta a la calma

>> Caja de calma: herramienta de autorregulación en clase

¿Has creado un espacio de autorregulación en tu aula o colegio? No dudes en compartir sus ideas en los comentarios.

 

 

 

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