Aprender a moverse solo es un gran desafío para todo niño con deficiencia visual. Es un aprendizaje tan importante que puede dar forma a su vida.  Poder desplazarse solo y sin miedo en la calle , ayudado o no por dispositivos variados, permitirá al adulto futuro tener una vida más autónoma y desarrollada. Por ello la psicomotricidad del niño es algo esencial en su desarrollo, sobre todo en caso de discapacidad o deficiencia visual.

Un aprendizaje progresivo en la discapacidad visual

En cuestión del aprendizaje y el trabajo de la psicomotricidad no se trata de quemar las etapas. Hay que evitar el riesgo de  crear miedos irracionales, un sentimiento de fracaso o de desmotivación.

Por ello, en una primera etapa el niño descubrirá sus percepciones sensoriales : el oído, el olfato, el tacto…pero también otros sentidos como el sentido vestibular, la propiocepción o el sentido del peso. Va a desarrollar un conocimiento de su entorno cercano a partir de índices sensoriales variados.

Al principio, es importante centrarse en el reconocimiento de las informaciones sensoriales.  Opte por un acercamiento lúdico utilizando:

El niño después deberá afinar sus sentidos y desarrollar una capacidad de análisis de todas las informaciones sensoriales. Aprenderá a diferenciarlas, localizarlas, jerarquizarlas y adaptar así su comportamiento a las diferentes situaciones.

Toda esta preparación puede hacerse de manera muy lúdica. Por ejemplo, utilizar las campanas musicales o los huevos y hacerlas tintinear mientras se mueve por la habitación. El niño deberá localizarlo concentrándose sobre el producto.

Una de las dificultades puede ser conseguir trasladar sus conocimientos a situaciones reales o que las informaciones sensoriales se mezclen entre ellas formando un sonido de tum-tum. Juegos como las historias sonoras proponen actividades de reconocimiento sonoro más complejos con verdaderos tableros de sonidos con mezclas ricas de sonidos.

El niño con deficiencia visual debe igualmente desarrollar el conocimiento de su cuerpo y tomar conciencia de los movimientos de este en el espacio. Deberá aprender a evitar los obstáculos y adaptar su desplazamiento a los entornos.  Incluso, es imperativo que se familiarice con las técnicas de protección corporal.

Puede crear recorridos diversos (como el recorrido de olas...) con obstáculos, superficies táctiles diferentes y pedir al niño recorrerlos.

 


Hay que tener cuidado de crear un entorno de seguridad con alfombras que puedan amortiguar alguna caída.

Una profesión a descubrir: el psicomotricista

El psicomotricista es el profesional que, por su formación teórica y personal, se ocupa, mediante la mediación corporal y el movimiento de abordar a la persona, cualquiera que sea su edad, con el fin de favorecer el desarrollo armónico de la personalidad.

La psicomotricidad es una disciplina que, basándose en una concepción integral del ser humano, se ocupa de la interacción que se establece entre el conocimiento, la emoción, el cuerpo y el movimiento y de su importancia para el desarrollo de la persona, así como de su capacidad para expresarse y relacionarse en un contexto social.

Sus competencias se concretan en las siguientes áreas: diagnóstico, prevención, educación, terapia, formación, investigación y docencia.

 

 

 

 

 

 

 

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