El sol promueve la moral y el bienestar mental, estimula el sistema inmunológico y promueve el crecimiento. Sin embargo, aunque pueden ser beneficiosos para nosotros, los rayos del sol a veces son peligrosos. Y, como los días soleados están oficialmente aquí, es hora de proteger la piel de nuestros pequeños. 

Los peligros del sol

Cuando el protector solar no se aplica – o se aplica mal – las quemaduras solares pueden ocurrir después de 15 minutos de exposición al sol. La piel que con demasiada frecuencia está expuesta a quemaduras solares desarrolla muchos riesgos de cáncer de piel.

La exposición incontrolada al sol también puede causar insolación, causando dolores de cabeza, fiebre, vómitos, diarrea o pérdida del conocimiento. En cuanto a los ojos, son muy sensibles al sol y requieren una protección óptima. De hecho, la OMS afirma que alrededor del 20% de las cataratas se deben a la exposición al sol y que las oftalmias y queratitis también podrían ser causadas por reverberaciones solares excesivamente intensas.

5 Consejos para evitar los peligros del sol

Como primer paso, es absolutamente necesario evitar las quemaduras solares y/o los largos periodos de bronceado.

  • Por lo tanto, deben fomentarse las exposiciones cortas, pero regulares. El niño debe poder disfrutar del sol, pero protegido.
  • Compra una buena crema solar que le proteja de los rayos con un índice de protección de 50. Debe aplicarse al menos 10 minutos antes de cada exposición y renovarlo cada dos horas. No dudes en extender una buena capa con cuidado en evitar los ojos. Para los niños de menos de 6 meses, evita la exposición al sol lo máximo posible, sobre todo a las horas centrales del día (11h-16h) y aplícale pequeñas cantidades de crema regularmente.
  • Limita las actividades exteriores entre las 11h y las 16h, sobre todo entre 12h-14h. Opta sobre todo por actividades a la sombra y en lugares bien ventilados.
  • Protege con una gorra o un sombrero y gafas de sol, los accesorios indispensables. También es mucho mejor usar ropa clara y camisetas de manga corta que de tirantes ya que la zona de los hombros puede quedar muy expuesta. Para más protección, puede usar bañadores de neopreno para la playa o la piscina.
  • Dale de beber con frecuencia, es importante invitarle a beber agua a menudo. Aunque no lo pida o no tenga ganas, los bebés y niños a menudo no tienen esa sensación de sed hasta que ésta no es excesiva.

Lleva siempre contigo un pequeño spray de agua, vendido en farmacias, o un vaporizador de agua para rociar un poquito al niño.

Trastornos sensoriales y el sol

En el caso de los niños con trastornos o discapacidades sensoriales, se requiere vigilancia. De hecho, estos niños pueden encontrar las formas habituales de protegerse del sol que son particularmente desagradables, pero eso no significa que no deban ser protegidos. Si el niño encuentra los sombreros demasiado incómodos, debe colocarse a la sombra, bajo una tienda de campaña, bajo un árbol o bajo la sombrilla.

Si la aplicación la crema solar realmente molesta al niño, intenta encontrar la protección que le resulte menos desagradable. ¿Por qué no intentas un poco de spray, por ejemplo?

El sol no es el único problema para los niños con trastornos sensoriales y discapacidades. A menudo son hipersensibles a la temperatura: no pueden tolerar los cambios de temperatura en absoluto o en el caso de la hiposensibilidad, no los notan. En el primer caso, el calor puede desencadenar una convulsión en el niño, causando incomodidad o fatiga. En el segundo caso, el niño no es físicamente consciente del calor y no puede entender por qué es absolutamente necesario permanecer en la sombra, beber agua o aplicar crema de protección. Insiste en darle fruta fresca, sorbetes, toallas húmedas…

 

¿Tienes alguna astucia o práctica para compartir con nosotros? ¡Buenas vacaciones!

 

 

 

 

 

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