Tener un niño con trastornos de la alimentación y el rechazo a la comida, es difícil de gestionar por los terapeutas y los padres, pero también suele ser estresante para el niño. Y aunque es cierto que nuestros gustos cambian a lo largo de los años, un abuena alimentación en los niños es una necesidad primordial para su crecimiento y  desarrollo.  

En un primer tiempo cuando un niño tiene un rechazo a la comida, conviene descartar otros problemas medicales como reflujo, problemas gastrointestinales o efectos secundarios de medicamentos.  Una vez descartado cualquier problema de estas características, las dificultades alimentarias provienen normalmente de problemas de motricidad oral o de trastornos sensoriales. En este artículo, encontrará informaciones que pueden serles útiles, así como estrategias.

Los trastornos de la motricidad oral

Algunos niños vomitan, tienen arcadas, rechazan o escupen la comida ya que no tienen las capacidades motoras orales para alimentarse. Comer es un automatismo para la mayoría de nosotros. pero en realidad el proceso es más complicado. Para poder comer, la mandíbula se mueve en movimientos rotativos para masticar y descomponer la comida. al mismo tiempo, la lengua manipula la comida de un lado y del otro pero también de arriba a abajo para ayudar a la descomposición y así deshacer la comida en partículas pequeñas que podemos tragar. Todo este proceso exige la lateralización de la lengua, la elevación de la lengua, la fuerza de la mandíbula, de la coordinación…

Si un niño tiene un retraso sobre una habilidad de motricidad oral, comer puede volverse peligroso para él, ya que ciertos alimentos pueden conllevar un riesgo de ahogo. Para evitarlo podemos utilizar «trituradores» que permiten evitar los riesgos como el nibbler.

 

Buena cantidad: Esta herramienta permite presentar una porción de tamaño apropiada a las personas que no consiguen juzgar los tamaños de las cucharadas que cogen o que tienen problemas con los trozos de comida grandes y evitar morder a quien da de comer. Solo hay que poner una galletita, un trozo de fruta o de una verdura, o cualquier otro alimento sólido, en la parte más larga hasta que el trozo salga por la apertura en semicírculo y dar a la persona para que coma un trozo. Como solo es posible un mordisco, el sistema permite controlar el tamaño de las porciones y previene el riesgo de atragantamiento y dar un ritmo más apropiado a las comidas con un tiempo de masticación adaptado.

 

Muchos niños saben (incluso si no lo dicen) que no pueden masticar y tragar solos la comida por lo que rechazan comer: es como un mecanismo de autodefensa. Con este rechazo, el niño comunica su miedo a los alimentos que no puede masticar.

Habitualmente la pista que indica un retraso en la motricidad oral es la falta de lateralización de la lengua. Para saber si tu hijo tiene un retraso contesta este tipo de preguntas:

  • ¿Mi hijo puede mover la lengua de un lado a otro?
  • ¿Mi hijo mastica? ¿La mandíbula se desplaza hacia arriba y hacia abajo o hace movimientos circulares o en diagonal?
  • ¿Mi hijo puede subir la punta de la lengua hacia el paladar?
  • ¿Mi hijo mastica suficientemente la comida? Para saberlo, coja un trozo y cuenta cuantas veces lo mastica usted antes de tragarlo.
  • Los trastornos de motricidad oral puede trabajarse con el z- vibe. Esta herramienta es un instrumento vibrante que permite un trabajo preciso y competente de la zona oro facial.

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Los trastornos de origen sensorial

El espectro sensorial es vasto y complejo, pero en general la aversión por la comida está presente en dos casos:

  • La hipo-sensibilidad que significa tener miedo o no de la sensibilidad oral. Cuando no hay suficiente sensibilidad oral, los niños tiene a veces tendencia a llenarse la boca para «sentir» mejor la comida. Pueden igualmente no sentir cuando aún quedan partículas de alimentos en la lengua, labios, interior de las mejillas… La falta de sensibilidad oral es un problema real ya que si los niños no pueden sentir los alimentos en la boca, no sabrá cuándo hay que tragar por ejemplo. En ciertos casos, el niño puede babear a causa de una falta de sensación.
  • La hiper-sensibilidad, que significa tener demasiada sensibilidad oral. En este caso, el niño tiene arcadas o vómitos, escupe la comida y por eso no quiere comer, llora, grita, da patadas. El niño que presenta una hiper sensibilidad oral tendrá diferentes problemas de comportamiento. Es recomendable para este trastorno realizar masajes de encías con el fin de desensibilizar una zona oral. Para ello puede usar cepillos a dedo.

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Cuando trabaja con un niño con este tipo de dificultades, no le pida comer comida al principio de as sesiones. Primero, trabaje para que se sienta cómodo con la comida.  Para ello podemos utilizar el juego con el fin de introducir los alimentos. Déjelos manipularlos  para que pueda destruirlos, cortar, estirar…

Otra estrategia es hacerle jugar con bandejas de arroz y de hacerle encontrar objetos escondidos como objetos de plástico por ejemplo. La lista de juegos sensoriales es larga y no exhaustiva, cada uno puede imaginar lo que quiera para realizar sus propios juegos. Podemos por ejemplo hacer jugar al niño con la crema de afeitar, falsa nieve, la arena kinetic, plastilinas… Esto le permitirá habituarse al tocar toda clase de texturas. Las palmas de la mano son sensibles al tacto y esto le permite enlazar esta sensación con las sensaciones orales. Es importante comenzar a tocar, sentir con las palmas, y los dedos para trabajar después la aceptación de los diferentes sensaciones en la boca.

>> ¿Cómo elegir la plastilina multisensorial y la arena kinética?

 

Es importante saber que a veces los problemas sensoriales esconden problemas de motricidad oral. Así una vez que haya regulado los problemas sensoriales, es importante ver si su hijo no tiene problemas de motricidad oral. Lo más normal  es que los niños con una hipo sensibilidad tengan problemas de motricidad oral más que los que tienen hiper sensibilidad.

 

 

1 Comentario

  • Fran dice:

    Mi niña tiene trastornos de la alimentación, pero no son demasiado severos. Creo que sería conveniente acudir a un especialista de mi cuadro medico para atajar el problema cuanto antes, porque ciertamente es un problema..

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